martes, 7 de agosto de 2012

Cambio de herradura

Desde que empezó el camino a Donosti 2011 mi forma de correr y mis sensaciones dentro de este deporte han cambiado,  han evolucionando y he aprendido mucho.  Bien cierto es que metido en faena no siempre lo aplico como debería... pero bueno, eso es parte de lo divertido que resulta correr!!

A lo largo de este tiempo he contado con unas compañeras de caminos y asfalto a las que les he cogido verdadero cariño: tres pares de Adidas Supernova Glide 3. A lo largo de su vida útil me han dado lo que cualquier corredor les pediría a sus zapatillas: que no te enteres que las llevas.



Lógicamente, cuando hubo que renovar el último par, no dudé ni un instante que mis zapatillas eran unas Supernova Glide. En ese momento la versión 3 se encontraba descatalogada y adquirí la 4, con muchos cambios en el diseño.

En un afán de Adidas de hacer las zapatillas más ligeras, han adelgazado la capa de Adiprene+, y para compensar la pérdida de amortiguación derivada de ello, han aumentado la superficie de sistema Formotion para la recepción de la pisada con el talón. El textil es más 'plasticoso' y el refuerzo del talón es mucho más fino y duro.



Los resultados de todo ello, traducidos a mi experiencia corriendo no han podido ser peores: con tan solo 350 Km de rodadura con ellas, las rodillas se me cargan anormalmente, cada vez que voy por caminos el hueco del formotion se me llena de piedras al ser más grande, he destrozado tres pares de calcetines por el talón (además de hacerme unos buenos callos), se me cargan anormalmente las piernas haciendo tan solo 9 km...

Ante tal panorama probé a salir 16 Km con las últimas Supernova Glide 3, que llevan casi 1000 Km de carrera en su haber... aún notando ya la zapatilla algo dura (normal, para ese kilometraje), las sensaciones fueron mucho mejores que con las Glide 4 que apenas llevan 350 Km.

Llegados a este punto, y viendo que la preparación para Valencia empezará en breve, decidí que tenía que cambiar de zapatilla si quiero vovler a exigirme un buen rendimiento y no lesionarme. Así que las Adidas Supernova Glide 4 pasan a engrosar la lista de zapas para ir a por el pan y ahora voy a probar con lo que muchos me han dicho que es un valor seguro: las Asics Gel Nimbus 13.



Ya veremos qué tal resultan!!!

lunes, 25 de junio de 2012

miércoles, 23 de mayo de 2012

II Carrera Popular de Hortaleza - Trofeo Menudos Corazones

La carrera popular de Hortaleza celebró su segunda edición el 20 de Mayo de 2012, y una de las cosas que llamaron la atención desde el primer momento es la enorme madurez de la prueba pese a ser la segunda vez que se realiza. Se nota que está organizada por corredores y para corredores.

Con respecto a la primera edición, que ya estuvo bien, todos los cambios han sido para mejor: trazado, atención en carrera, marcha infantil, actividades post-carrera y hasta liebres con globo bien visible en la carrera de 10K!!

Esta edición estuvo plagada de muchos detalles que pasaron desapercibidos para muchos pero que denotan un trabajo de calidad y hecho con cariño, desde la cantidad de servicios médicos móviles en carrera hasta cómo los voluntarios, mediante canciones infantiles, consigueron meterse a los críos en el bolsillo y mantenerlos apaciguados hasta que se dio la salida de su prueba.

Realmente no recuerdo ningún diezmil popular donde haya tanto sanitario en ruta, liebres con globo para cada 5 minutos, voluntarios tan amables, sorteo de numerosos regalos para los niños y corredores...

Y todo esto con una bolsa del corredor correcta, precio en el mercado y consiguiendo recaudar más de 18.000 euros para la fundación Menudos Corazones, organización dedicada a la ayuda de niños con cardiopatías. ¿Cómo es posible que otras carreras "benéficas", con más participación, con más patrocinadores y más potentes recauden menos para sus causas y ofrezcan menos servicios? Como ya sabemos todos, algunos en el mundo del atletismo popular están haciendo mucho dinero a costa de nuestro hobby, importándoles bien poco los corredores ni las causas que supuestamente apoyan.

Desde aquí un reconocimiento a José Manuel, organizador y fundador de la carrera. Como siempre, un gusto saludarte, a ver si te pasas un día por el Muro.



Reflexiones aparte, el día comenzó muy temprano. Movilizar a los peques un día de carrera es muy distinto a cuando vas tú solo, todo requiere más tiempo. Desayuno, todos al coche y a Valdevebas.

Aparcando nos encontramos con Raúl y Cristina, de La Panda. Bajamos con ellos hasta la zona de recogida de chips. Temperatura agradable aunque un poquitín de aire. Saludos a compañeros de La Panda del Muro, despedida de Gema y los peques, mi ya mítica visita a un descampado apartado y a calentar.
Mientras caliento me encuentro con Mulas, me dice que cree que va a hacer entre 41 y 42, así que decido ir con él. No me cuadra mucho eso que dice porque él es bastante más rápido, pero quizá hoy quiera ir relajado.
Nos colocamos en la salida y saludo a Juan Carlos, que va a correr la carrera corta (unos 4500m). Le digo que va a hacer 16 min y se ríe; no anduve muy desencaminado, al final hizo 16:04 y cuarto en la general!!

De buenas a primeras dan la salida y salgo lanzado. Recuerdo que el año pasado hice el primer kilómetro demasiado deprisa y me contengo. De repente Mulas me pasa como una exhalación diciendo "Vamos!!". Le calculo que debe ir a 3:3X min/Km. Esa no es mi guerra, no hago ni intención de seguirle. Me toca correr solo una vez más.

El primer kilómetro cae a 3:50 yendo cómodo. He salido bien teniendo en cuenta que todo es bajada. El segundo lo paso en 4:01 con más terreno plano. He cogido bien el ritmo. En el tercero ya empiezan las primeras subidas y me voy a 4:16. Aceptable, aunque no quiero ceder más. El cuarto, el quinto y parte del sexto son de subida contínua y me voy a 4:27 de media. Se me ha ido el ritmo. Siento que podría ir un poco más rápido, pero me da mucho respeto la cuesta que hay en el 8 y queda mucha carrera.



Me llama la atención lo solo que voy en comparación con otras carreras, y que delante no veo demasiada gente. Siento que somos pocos corredores. Sin embargo en la salida había más de 1000 personas... miro para atrás y veo un buen surtido de corredores. Ahí están, eso me da moral.

Llegamos a Sanchinarro y vuelvo a parciales en torno a 3:57, segundos arriba y abajo hasta la cuesta que llevo rato esperando. Modulo el paso en las primeras rampas, bastante duras y noto que una respiración detrás de mí se acerca. Me propongo no picarme al principio de la subida, aguanto y cuando la cuesta se suaviza un poco vuelvo a abrir la zancada. La respiración sin rostro de mi retaguardia sufre pero aguanta. Conforme la pendiente va perdiendo inclinación abro más la zancada y logro meter metros a mi perseguidor. Llegamos al tramo final, que es francamente favorable, y me pongo a 3:54, pero con todo y con eso la respiración me recorta metros.
Último kilómetro, me pongo a 3:49, ritmo de serie de 1000, siento que voy mangao, a lo que doy. La respiración perseguidora cobra rostro a mi derecha sobre una camiseta negra y verde, que me adelanta y me mete unos metros. Vaya, está más fuerte que yo, no tengo mucho que hacer... Le grito "Ánimo campeón!!" y el tío tira para alante.

A falta de 400 metros la camiseta negra y verde me saca un buen trecho pero veo que comienza a petardear. A por él. Me entran las dudas de si cambiar ya y ponerme a menos de 3 minutos como al terminar el Bosque de La Casa de Campo o si incrementar paulatinamente el ritmo. No estoy seguro de aguantar tanto por debajo de 3 minutos y trato de acelerar sin dar el último cambio. Al poco me doy cuenta de que no va a ser suficiente y entro a 2 segundos de él, parando el crono en 41min 46s y... en la posición 36 de la general!!! Con razón no veía mucha gente delante de mí desde la mitad de carrera hasta el final!!!


La marca desde luego no es espectacular aunque el circuito tiene bastantes metros de cuestas duras, especialmente en la segunda mitad del recorrido.

Tras beber y recuperarnos, carrera de los peques. Gema corrió con Nerea y Marcos solo. Era una marcha no competitiva con peques (y no tan peques) de todas las edades, pero mi campeón se fajó con chavales mucho mayores que él y quedó bien alante.



Me queda la duda de qué marca habría hecho en una carrera en un perfil más plano porque no me costó demasiado ir por debajo de 4 minutos en los tramos lisos incluso al final... Pero bueno, mañana de deporte en familia, que siempre mola!!!

martes, 24 de abril de 2012

R'N'R Madrid Maratón

6:30 am del 22 de Abril de 2012. La corneta militar de todas las mañanas suena a través del móvil y a tientas lo apago para que no despierte a toda la familia. Día grande. Cuerpo sueñoso.

Rápidamente corro a vestirme, todo está preparado desde el día anterior: ropa, calcetines, abrigo, calzado, dorsal colocado, banda del pulsómetro, esparadrapo...


Y ahora ya sí, listo para la faena


Desayuno lo de siempre (primer problema) y salgo en busca de Luis, en Paracuellos está amaneciendo:


Vamos juntos en Metro, charlando tan distendidamente que casi se nos pasa el transbordo en Colombia. Ya en Retiro, ambiente de maratón. Este año se notaba mucha más presencia internacional. Nos hicieron ir hasta la meta para dejar las bolsas, y desde ahí andando más de 3 Km hasta la salida, ya de corto. Error garrafal de la organización el eliminar los camiones de los años anteriores.


A las 8:35 foto de familia con La Panda del Muro en Banco de España. Últimos ánimos y cada uno a su cajón de salida.


En este momento llega el segundo problema: hay pocos WC en la zona de Colón y mucha gente con necesidad. La señal de salida llega justo a las 9:00 am y me sorprende en pleno proceso de vaciado. Limpieza a toda velocidad y escopetado hacia la salida hecho un ramillete de nervios.

Salgo atrás, acelerando para pasar por los huecos y frenando bruscamente para no chocarme con otros corredores más lentos. En el kilómetro dos, llegamos al primer escenario y mi deformación profesional se impone: a ver qué amplis llevan, qué batería, a ver qué guitarras... cuando me quiero dar cuenta he aflojado demasiado el ritmo y me digo a mí mismo que en los 19 escenarios restantes no puedo fijarme en esas cosas, solo escuchar la música.

Los seis primeros kilómetros son una lucha constante zigzagueando, buscando huecos y cambiando de ritmo bruscamente para progesar o no chocarme... aún no sabía lo que me iba a suponer eso.

A pesar de todo llevo las pulsaciones muy controladas, mi cuerpo está respondiendo muy bien y cuando el terreno se vuelve favorable no me cuesta ponerme a 4:30 min/Km.

En el kilómetro 8, primera mala sensación: voy bien de ritmo, de pulsaciones y de energía, pero me empieza a entrar hambre. Mis experiencias con el hambre en mis primeras maratones fueron realmente traumáticas, así que me asusto. Tenía que haber desayunado algo más, desde las 6:40 han pasado ya casi 3 horas y en estos casos tengo que desayunar más. A otros corredores les va mejor hacer otras cosas, pero a mí no. Debí haber desayunado más.

Paso por el km 10, mis padres me esperan para darme ánimos y el gel que tomaré en el 16. Conozco ya bien estos geles. Te dan energía si ya la has gastado pero no te quitan el hambre, así que le digo a mi padre que en el próximo punto acordado me tenga listo un plátano.

Sigo con unas pulsaciones excelentes, las mejores de cualquier maratón que haya corrido antes y a ritmos ligeramente por debajo de 4:30 min/Km. Voy realmente bien. En Islas Filipinas me encuentro con el grupo que sigue a las liebres de 3h30. Es un grupo muy numeroso y denso, y me cuesta mucho adelantarlos. En el 15 está Guille con su familia, reparten rosquillas que han hecho ellos mismos, pero me doy cuenta tarde y además voy pegado a la acera contraria, así que me quedo sin dulces. No importa, son momentos preciosos de la carrera, volando por debajo de 4:30, con fuerzas y disfrutando de la ciudad, muy volcada con la carrera. Muchos gritos y mucha animación, más que otros años.

Tras un pequeño repecho en Alberto Aguilera embocamos Fuencarral y la carrera se dispara junto con las sensaciones. Con la mirada busco el final de la sombría calle que muere en Gran Vía, y cuándo ésta se abre y la luz la inunda se escuchan los acordes de La Banda del Oswan tocando en la plaza de Callao.



Busco a mis padres con la mirada; realmente busco un plátano. Cuando los diviso no les había dado tiempo a conseguirme uno. Me ofrecen otro gel, pero no es eso lo que necesito. Empiezo a refunfuñar contrariado pero no me da tiempo: de entre uno de los muchos grupos de La Panda del Muro que jalonan el recorrido dando ánimos aparece Pepe y se poner a correr a mi lado jaleándome. Por un segundo pienso que va a venir conmigo el resto de la carrera y me lleno de alegría, pero rápidamente recuerdo que ya habíamos hablado que su misión hoy era marcar ritmo a Loli. Me deja justo antes de entrar en Callao donde tocan Rober, Tito, Dani, Oskitar y Víctor. Veo a Rober Möller cantando y subido al autobús-escenario. Me divisa y me saluda por el micro, algo así como: "Ahí está Barri, el productor de nuestro primer disco, un músico y atleta grande". En ese momento me mira todo el mundo, desde los atletas de alrededor hasta el público. Le devuelvo de corazón unas palabras que se pierden entre el tumulto pero que me salen de dentro: "Tú sí que eres grande, Maestro":


Pedazo de fotaca que me sacó Ara en ese momento!!

En ese instante vuelvo la cabeza buscando a Gema y los peques, extrañado de no haberlos visto en Gran Vía... estaban justo enfrente del grupo, en dirección opuesta a donde estay mirando en la foto y no los veo.

Ni me da tiempo a quejarme. Preciados es cuesta abajo y la gente atruena con los gritos. Se me ponen los pelos de punta viendo Sol al fondo. Sé que voy demasiado rápido pero me da igual. Miro el Garmin: 3:55 min/Km y por debajo de 160 pulsaciones. Me lo puedo permitir. Aprieto al entrar en Sol y rujo a la gente para que anime. La respuesta del público es instantánea, como si estuvieran esperando un acicate para empezar a aplaudir. Dios, qué emoción, siempre ha sido lo mejor del Maratón de Madrid. Emboco la calle Mayor a 3:49 min/Km y 167 pulsaciones, me he pasado seis pueblos. Echo el freno y recupero hasta Bailén, donde vuelvo a 154 pulsaciones. Me digo otro año más que un buen maratoniano no hace lo que hago siempre en Sol, consciente de que dentro de doce meses lo repetiré igualmente.

Con tal chute de ritmo me sale un parcial rápido desde Bailén hasta el inicio de Ferraz, y ahí regulo para no forzar en la subida hasta la Media Maratón. Empiezo a mentalizarme de que se acabó la diversión y empieza la carrera. Paso la media en 1h36min15s, solo 3s más lento que en Donosti 2011. No obstante, no me hago ilusiones, sé que el perfil de Madrid impide doblar a menos que en la primera media se haya ido reservón, que no es el caso...

Bajando por Pº de Camoens empiezan a juntarse más sensaciones negativas: el hambre de fondo se mantiene, al menos no ha crecido. Pero comienzo a notar las piernas anormalmente duras y poco sueltas. Me extraño mucho porque en ninguna de las tiradas largas de hasta 29 Km he tenido ningún problema muscular en las piernas, y hoy las empiezo a sentir tiesas en el 24. Sin duda los acelerones y frenazos del principio unido al ritmo salvaje de Sol me están pasando factura, y encima demasiado temprano.

Me digo a mí mismo que hoy quizá sea uno de esos días donde vas a sufrir de verdad. En Príncipe Pío vuelvo a ver a mis padres, esta vez con mi hermana, su chico y... un plátano!!!



Me hago con él y con otro gel, así que entro en la Casa de Campo con las manos repletas. Doy cuenta del plátano mientras que un Garabitas con el que corrí en Zaragoza me saluda. Con la boca medio llena farfullo algo parecido a un saludo.

Entrada en la Casa de Campo. Uno de los momentos temidos. Todo el calor popular de la ciudad se extingue y el silencio se impone entre los corredores. Noto las piernas cargadas y en el repecho hacia el Lago me falta el aire: he elegido un muy mal sitio para terminarme el plátano. Me vienen recuerdos de 2008, donde el Hombre del Mazo me arreó fuerte en ese mismo punto.

Sin embargo nada más rebasar el Lago comienzo a rehacerme, la sensación de hambre desaparece y noto que las energías vuelven. Recupero sensaciones de los entrenos de los domingos por la Casa de Campo y comienzo a adelantar muchos corredores, algunos de ellos han comenzado a caminar. Las sensaciones de fuerza son buenas, pero las piernas van cargadas y se nota: no puedo rodar más rápido de 4:40 min/Km, aunque tengo fuelle para más.

Tras el paso por el 29 el perfil se relaja un poco y recupero ritmo. Paso el 30 en 2h17. Voy para bajar de 3h15 en Madrid, todo un lujo. Me veo bien de fuerzas (todo lo bien que se puede ir en el kilómetro 30, claro). La cuesta de salida de la Casa de Campo me parece más corta y menos empinada que otros años, un grupo de La Panda me anima.

En el 32 tal como habíamos acordado veo a mis padres y recojo el último gel. Me digo que si no cedo a más de 5 min/Km ya tengo hecha la carrera. ¡¡Esto marcha!!

Saludo reverencial al Vicente Calderón en el 34 y visualización mental de la subida final hasta el Retiro. ¡¡¡Puedo hacer sub 3h15 en Madrid!!! Solo tengo que subir sin pasar de 5 min/Km y creo que llevo energía suficiente.

Ataco las primeras cuestas de la calle Segovia y noto que algo no va bien, las piernas no suben. Del 35 al 36 me voy por encima de 5 min/Km, y eso que hay algún tramo de recuperación... La cosa se pone fea. La nube misericordiosa que medio ocultaba el sol se ha desplazado y ahora el astro rey golpea sin piedad, con lo mal que yo llevo eso... Las piernas me empiezan a pesar mucho, cada vez están más duras y ya duelen... los parciales se disparan hasta 5:20 min/Km. Casi en el 38 ya veo que no, que se me escapan los 3h15. Compruebo las pulsaciones y confirman mi sensación: van muy bajas, bastante por debajo de cualquier otro maratón o entreno, no estoy tan cansado como para ir tan lento. Llevo las piernas reventadas, pero los brazos aún me dan para saludar a los fotógrafos:


Pierdo motivación y decido que ya da igual un minuto o dos más, voy con las piernas tostadas y no tiene sentido forzar la máquina para hacer 3h16.

En Atocha me digo que esto ya está hecho, ataco el cuestón de Alfonso XII y Gonzalo de La Panda me da ánimos.  Durante la subida hasta la Puerta de Alacalá me dejo llevar únicamente con el objetivo de no sufrir más. Justo ahí veo a XAM y me da aliento corriendo a mi lado. Me da palo que siga conmigo no vaya a perderse el paso de la gente a la que va a ver, se lo agradezco y le digo que los atienda a ellos.

Me falta el puntito de moral para entrar fuerte al Retiro. Sigo dejándome llevar tratando de recomponer la postura, pero no tengo ni ganas ni motivación para apretar al final. Veo a Gema y los peques unos 300 metros antes de la meta, me alegran con sus gritos y me voy a saludarlos, hoy ya sin la presión del crono.




Durante los últimos metros levanto la mirada y observo a mi alrededor. Es una magnífica fiesta del Atletismo y se me dibuja una sonrisa inconsciente. Entro feliz, pero sin el sentimiento épico de otras veces, con la sensación de que esta vez la carrera ha podido conmigo en el último instante.


Paro el cronómetro en 3h 17min 59s netos.  Es mi mejor marca en Madrid, pero yo sé que estaba para menos y que no ha sido así por cosas que estaban en mi mano y que se supone que debía haber aprendido ya.

Me detengo paulatinamente y al comenzar a caminar de nuevo hacia el avituallamiento me sobreviene el síndrome del 'click de famobil'. Tengo las patas tan tiesas que parece que no tengo rodillas. Me duelen los cuádriceps, los aductores, por arriba, por abajo, los pelos de las piernas, me duele el pantalón, mi sombra y hasta el DNI que perdí el año pasado. Con esos síntomas ya me imagino la semanita que me espera, pero veo el stand de Ice Power y veo el cielo abierto. Me fumigan bien las piernas con la poción mágica y al ratito las tengo congeladas, como si estuvieran en hielo. Mano de santo, al rato ya podía caminar y el lunes a última hora estaba casi recuperado. Mañana miércoles ya salgo a trotar. Es increíble lo bien que recupera las piernas el gel este.

Reencuentro con la familia, con Luis (enhorabuena, tú sí que dominaste a la carrera esta vez) y con compañeros de La Panda del Muro.



Con las mismas, procesión hasta el Patro y a dar cuenta en familia de las míticas cervezas, raciones y cubatas post-maratón.

Lo que son las cosas, el año pasado hice 3h28 y entré eufórico. Este año 3h17 (veeeeenga, casi 18) y como si fuera un entreno largo...

Cada vez se me hacen más cortos los maratones. No porque los haga en menos tiempo (que también), sino porque los tengo cada vez más divididos en etapas definidas que voy conociendo y tratando de dominar. Es ya el undécimo, a fuerza de errores algo iré aprendiendo...

Desde hoy comienza el camino hasta el próximo... Ya sé que será San Sebastián, Valencia o Sevilla. Solo falta decidir cuál.

martes, 17 de abril de 2012

Be a leader

Hace algunas semanas leí en el Blog de Andret un post curioso sobre liderazgo, sobre los mecanismos que generan un líder y cómo se crea un movimiento alrededor de él. Extrapolado a otras situaciones de la vida resulta bastante revelador, aunque adoptarlo en el día a día de cada uno no es tan inmediato.

Sin embargo este domingo recibí una lección de liderazgo menos evidente pero no por ello menos importante. Domingo previo a una cita grande, el Maratón de Madrid, de modo que los manuales aconsejaban rodar 16-18Km relajados.

Al poco de comenzar, cinco unidades del grupo inicial de unos treinta nos desviamos por otro camino para realizar un recorrido un poco más largo. Comenzamos a estabilizarnos en torno a 5 min/Km, charlando sobre objetivos y estrategias para el día D. De los integrantes del quinteto yo acumulaba los entrenamientos recientes más rápidos y el objetivo más ambicioso. Así que con el paso de los kilómetros me encontré en cabeza marcando el ritmo del grupo.

Acabando el entrenamiento el Sensei me dió una lección que me dejó pesaroso. No recuerdo sus palabras con exactitud, pero vinieron a decir algo así: "Tienes que aprender a ser el líder de un grupo. Ser el líder no es solo marcar el ritmo que tú creas que debes marcar; es escuchar la respiración de la gente que llevas, saber cómo va cada uno y anticiparte a sus reacciones. Si vas a marcarles, debes ser consciente de que en una subida no les tienes que marcar el mismo ritmo si es un domingo cualquiera o si es el previo a una maratón. Psicológicamente les refuerzas de cara a la carrera si les das un respiro de unos pocos segundos por kilómetro en una subida, porque la acaban fuertes. Ser el líder de un grupo no es solo estar más fuerte e imponer tu ritmo".



Una vez más el Sensei tenía razón... ¡¡Cuántas veces no ha hecho eso él conmigo!! Cuando hablábamos del ácido láctico, variaba el recorrido sobre la marcha para introducir un circuito a ritmo alto y emular una situación donde el cuerpo no recicla el lactato suficientemente rápido. Cuando preparábamos el último maratón de Otoño se dejó ganar en algún sprint para que cogiera moral. O al contrario, en alguna llegada me apretó mucho más de lo previsto para que diera el 110% de lo que llevaba... y siempre en el momento justo.

Ese modelo de líder, que no alardea de sus grandes cualidades, que se preocupa de que el grupo mejore su rendimiento y que es capaz de compatibilizar todo para que él mismo siga progresando es mi ideal perfecto. Quizá hoy en día está de moda otro tipo de liderazgo, más espectacular, más explsivo, más mediático, más visual, más individual... donde la gomina y las abdominales tienen que mostrarse a cada momento... sin embargo yo sigo prefiriendo de largo el modelo que encarna el Sensei.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Thermomix, vendaje neuromuscular y runrun

La tirada larga del domingo dejó algún damnificado imprevisto en la pierna derecha. Durante el lunes apareció un nuevo dolor. No es exactamente donde tuve la última lesión que me dejó parado más de un mes, pero anda cerca. Como era día de descanso y la última semana ya pasé de 80Km, no le dí importancia. Como dice Reques: "si las cuatro últimas semanas de preparación de un maratón te salen dolores es que la estás preparando bien".

El martes entrené durante 13 Km a ritmo muy suave (aparte del dolor inicial, me sentía fundido, sin fuelle). Acabé sin molestias, aunque al llegar a casa y estirar noté que el dolor estaba más focalizado y era más intenso, algo ya a tener en cuenta.... mal asunto!! Después de aplicar frío local sentía calambres en los dedos de los pies, algún nervio debía estar levemente pinzado o comprimido, algo por ahí está inflamado!! Con el paso del día no mejoraba ni notaba cambios con antiinflamatorio ni frío. El runrun comenzaba a recorrer la cabeza... ¿llegaré a Madrid? ¿tendré que volver a parar de entrenar?

Desde hace un año todas las molestias que sufro se centran en una zona muy concreta de la pierna derecha, y empiezo a pensar que no es coincidencia. Nunca me duele en el mismo sitio, pero todo está muy pegado. Quizá haya algo anormal ahí. Espero no pertenecer a ese 20% de humanos que nacen con un cuarto peroneo...

Así que esta mañana, después de dormir menos de 6 horas, el primer pensamiento ha sido: "Madre mía, tengo que hacer 14 Km y no sé cómo va a responder mi pierna con el cansancio que tengo recién levantado... hoy debería hacer cambios de ritmo, pero me siento taaaaaan reventado".

Cual ha sido mi sorpresa cuando nada más empezar a correr me he notado muy elástico, muy fino, y lleno de fuerza. He arrancado el primer kilómetro por debajo de 5 minutos, y en el tercero ya rodaba cómodo por debajo de 4:30. Más adelante he enganchado varios kilómetros por debajo de 4:20 yendo cómodo y solo se ha estropeado el parcial (como siempre) cuando me ha tocado subir a Paracuellos (115m de desnivel positivo en una recorrido de 1,12 Km). Al final he acabado tan sobrado que el último 500 me he permitido hacerlo por debajo de 4 min/Km. Sin rastro alguno de una sola molestia, buen rendimiento... ¿¿¿¿Qué ha pasado hoy????

Con respecto a las molestias, creo que la clave han sido las manos de Gemi. Me anduvo descargando muscularmente y me ha aplicado un vendaje neuromuscular curioso:


Como buena fisio, siempre que puede amplía sus concimientos y técnicas con cursos de especialización, y hace algún tiempo realizó uno específico sobre este tipo de vendajes. La verdad es que es cómodo y realiza bien su función si se sabe colocar (al parecer hay que elegir bien el sentido de la cinta, los puntos exactos de colocación de los extremos, etc...)

Con respecto a la fuerza, no me queda otra que pensar que serán los magníficos espaguetis con champiñones que hice anoche para cenar. De vez en cuando me gusta coger una receta de la Thermomix y cambiarla bastante, y anoche transformé unos espaguetis muy marineros con marisco en algo más de campo y con un buen sofrito. Habrá quien diga que unos espaguetis son lo que son y saben a lo que saben, pero eso es porque no conocen la magia de la Thermomix. Estaban increíbles!!! Sí, lo reconozco, pertenezco a la secta Thermomix desde hace años, aunque también tuve mi pasado oscuro en el que renegaba de ella.

Así que bueno, de momento el vendaje y la Thermomix pueden con el runrun!!

lunes, 26 de marzo de 2012

El maratón de mi pueblo

Ayer un buen grupo de los compañeros de la Panda del Muro acudieron a una de las pruebas clásicas del grupo, a una de esas donde se organiza una excursión masiva, con autocar, carrera y homenaje gastronómico: la Media Maratón de Segovia.

Sin embargo esta vez opté por quedarme en Madrid para poder rodar más kilómetros, lejos del bullicio de una carrera cronometrada, concentrándome en mis ritmos de carrera sin dejarme llevar por los que marcan los dorsales conocidos o anónimos.

Hacía mucho tiempo que no rodaba más de 25 Kms solo, así que para hacerlo más llevadero decidí ir a La Casa de Campo.

En líneas generales me encontré bien aunque muy falto de kilómetros en las piernas. En uno de los momentos más solitarios, comenzando parte del recorrido junto a la Tapia, ví claramente que aunque estoy empezando a notar una mejoría en la forma física, no voy a llegar suficientemente preparado al Maratón de Madrid. Y en la zona de subidas antes de llegar al parking que da a Somosaguas, empecé a preguntarme si merecía la pena correr un maratón en esas condiciones, si no sería mejor orientar la preparación a una prueba posterior... La cabeza decía que es lo mejor, pero el corazón se resiste.



¿Por qué correr el maratón de Madrid? Es sencillo: porque llevo perpetrándolo ininterrumpidamente desde 2006, porque subir la Castellana rodeado de más de 10.000 personas a primera hora es emocionante, porque bajar hasta el centro a toda velocidad ilusiona, porque recorrer Fuencarral, Gran Vía, Preciados, Mayor y Bailén jaleado por un gran público es precioso, porque comenzar a sufrir donde habitualmente entrenas los fines de semana es épico y porque la llegada al Paseo de Coches del Retiro, jalonada de familia, amigos y compañeros es una de las mejores experiencias de la vida.

Son cosas que solo se dan en Madrid por una simple razón: es el maratón de mi pueblo.